El FMI recorta su pronóstico para América Latina, pero Argentina y otros sorprenden al alza

El Fondo Monetario Internacional recortó esta semana sus perspectivas de crecimiento para América Latina, afirmando que ahora espera que la economía regional se expanda solo un 2% este año, en medio de una creciente incertidumbre arancelaria que se ha convertido en la palabra de moda a nivel global. La revisión a la baja desde el 2,5% se atribuyó en gran medida a una visión pesimista sobre México —que el organismo ahora prevé que entrará en recesión este año—, pero el informe también destaca algunos puntos positivos.
Argentina está superando a sus pares y debería ver su economía crecer un 5,5% este año tras haberse contraído en 2024, gracias a las reformas impulsadas por el presidente Javier Milei, quien ha calificado su programa como el mayor paquete de austeridad en la historia de la humanidad. La inflación en la tierra del tango y el Malbec también va en descenso: se espera que los precios al consumidor aumenten un 35,9% en 2025. Puede parecer elevado, pero representa una mejora drástica respecto al salto del 220% registrado el año pasado, y la tasa seguiría desacelerándose hasta llegar al 14,5% en 2026.
A principios de mes, el país flexibilizó los controles cambiarios, en una movida arriesgada de Milei antes de las elecciones legislativas de octubre. También obtuvo un nuevo préstamo del FMI por 20.000 millones de dólares, un voto de confianza que sugiere que el organismo cree que el rumbo es el correcto. Los mercados parecen coincidir: el ETF Global X MSCI Argentina (NYSE: ARGT) ha subido un 60% en el último año, frente a una ganancia del 7,4% del S&P 500 en el mismo período.
“Las sorpresas positivas que hemos observado, pese a un ajuste fiscal muy fuerte, y la recuperación de la confianza, definitivamente influyeron en nuestra decisión de elaborar este pronóstico”, señaló Petya Koeva Brooks, investigadora del FMI, en una conferencia de prensa. “Dicho esto, hay varios riesgos relacionados con el endurecimiento de las condiciones financieras, los precios de las materias primas y muchos otros factores, algo que aplica para muchos países, si no la mayoría”.
Los únicos otros países de la región con la envidiable combinación de aceleración del crecimiento del PIB y desaceleración de la inflación son Colombia y Ecuador, donde el presidente Daniel Noboa, de mano dura contra el crimen, acaba de ganar la reelección. En Bogotá, las cifras respaldan la idea emergente de que lo peor ya pasó, mientras el país se prepara para las elecciones presidenciales del próximo año y el presidente Gustavo Petro intenta recuperar terreno político. También se espera que Paraguay y Perú crezcan por encima del promedio regional, con inflación en descenso.
Los desafíos que vienen
“En América Latina, en su conjunto, vemos una actividad impulsada principalmente por el consumo, gracias a la resiliencia de los mercados laborales, mientras que la inversión sigue algo rezagada”, dijo Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI. “La desaceleración que proyectamos refleja el impacto de los aranceles y de la ralentización del crecimiento global”.
Brasil, Chile, Bolivia y Uruguay enfrentarán este año un escenario de crecimiento débil y alza de la inflación, según el FMI. Venezuela, que vuelve a estar sujeta a sanciones por parte de Estados Unidos, se encamina nuevamente a un panorama tóxico: el PIB se contraería un 4% mientras la inflación vuelve a los tres dígitos, y se anticipa que la situación empeore aún más el próximo año.
Buena parte del resultado dependerá, por supuesto, del rumbo que tomen las negociaciones comerciales en curso. El FMI reconoció que los distintos escenarios que podrían darse en los próximos días y semanas han añadido un nivel de complejidad poco habitual a su perspectiva. México, por su parte, rechaza el pronóstico sombrío del organismo y cree que puede contrarrestar muchas de las presiones externas que enfrenta.
“Ayer nos informaron que venía este resultado del Fondo Monetario Internacional”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum en una conferencia de prensa a principios de semana, al referirse a la proyección que estima una caída del 0,3% del PIB mexicano este año. “No conocemos con base en qué lo hacen. No coincidimos. No es que no coincida la presidenta, sino que nosotros tenemos modelos económicos que tiene la propia Secretaría de Hacienda que no coinciden con este planteamiento”.
“Normalmente, y así lo creen muchos de los organismos financieros internacionales, que estaban por cierto acostumbrados a decir qué se tenía que hacer en cada país”, agregó. “Ellos no creen que el gobierno pueda hacer nada para cambiar una situación que viene del propio mercado. Y nosotros no coincidimos con esa visión”.
Sheinbaum aseguró que el país está trabajando para fortalecer la economía interna con un programa de desarrollo recientemente anunciado, conocido como Plan México, que se enfocará en sectores como la industria aeroespacial y la manufactura nacional. Si logra avanzar —o incluso solo cerrar un mejor acuerdo comercial con Estados Unidos—, el FMI y el mercado podrían llevarse una sorpresa. No hay nada como superar expectativas.