Google (NASDAQ: GOOGL) busca revivir el sueño de las gafas inteligentes, ahora con estilo gracias a Warby Parker (NYSE: WRBY)

En su novela de 2012, Existencia, el futurista y exitoso autor David Brin imaginó un mundo cuatro décadas en el futuro donde las personas usarían gafas conectadas que filtrarían y ampliarían su realidad visual, incorporando datos, alertas de noticias e incluso visiones del mundo personalizadas. En aquel momento, parecía pura ciencia ficción. Pero desde entonces, la pregunta ha sido cuándo —y no si— esa tecnología se generalizaría. Ese momento podría haber llegado.
Google (NASDAQ: GOOGL) reveló esta semana su colaboración con Warby Parker (NYSE: WRBY), una marca estadounidense de gafas con visión de diseño, para combinar la realidad extendida (XR) con inteligencia artificial. El resultado final serán unas gafas muy inteligentes equipadas con cámara, micrófono y altavoces. Una pantalla opcional integrada en la lente proporcionará “información útil justo cuando la necesites”.
“¿Qué pasaría si tu asistente de IA pudiera ver el mundo desde tu perspectiva y ofrecerte ayuda manos libres?”, escribió Google en una entrada de blog el martes. “Al combinar estas gafas con Gemini, ven y oyen lo que tú ves y oyes, comprenden tu contexto, recuerdan lo que es importante para ti y pueden ayudarte a lo largo del día”.
Las acciones de Warby Parker se dispararon un 16% tras la noticia. La compañía ya ha ganado cuota de mercado en EE. UU. con su modelo de venta directa al consumidor y tiendas ubicadas en centros comerciales de alto nivel, muchas de las cuales ofrecen exámenes oculares y aceptan seguros de visión. Dado que más del 60% de los adultos estadounidenses usan lentes correctivos, la alianza tiene el potencial de hacer que conseguir unas gafas inteligentes sea tan fácil como una revisión visual anual. Google también planea colaborar con otros diseñadores de monturas, como Gentle Monster y Kering Eyewear (CBOE: KER).
La vida después del basurero de los gadgets
Es un gran paso hacia el futuro que Brin imaginó, pero también destaca porque otros ya lo han intentado antes —y en su mayoría no cumplieron con las expectativas. Apple (NASDAQ: AAPL), por ejemplo, lanzó el Vision Pro el año pasado, aunque es tosco y no está diseñado para usarse durante todo el día. Meta (NASDAQ: META) también participa con sus Ray-Ban inteligentes fabricadas por EssilorLuxottica (CBOE: EL), aunque su adopción sigue siendo limitada.
El mayor fracaso vino del propio Google con el lanzamiento de Google Glass en 2013. Si bien el producto fue ampliamente criticado por su apariencia extraña, simplemente se adelantó a su tiempo. Mucha gente quería probar la realidad aumentada, pero la tecnología era más torpe que útil sin los asistentes de IA hoy omnipresentes y sin las rápidas conexiones 5G. Podría parecer fácil pensar que Google volverá a tropezar, pero también hay motivos para creer que esta vez sí acertará.
Apple, por ejemplo, protagonizó quizá la mayor transformación de su historia tras lanzar en 1993 su asistente digital personal Newton. También tosco y adelantado a su época, era como un smartphone —pero sin teléfono, y antes de internet móvil. La visión estaba, pero no la infraestructura, y desapareció rápidamente en el olvido de la historia tecnológica. Apple lo intentó de nuevo una década después, cuando empezó a desarrollar el iPhone en 2004, antes de lanzar la primera generación en 2007. Todos sabemos cómo resultó eso: hoy el mercado mundial de smartphones vale 580.000 millones de dólares al año. A veces solo hace falta un poco de tiempo.
Google podría estar en un camino similar al intentar revitalizar una nueva categoría de producto, doce años después de su primer intento fallido. Esta vez, la infraestructura existe, la IA está lista y Warby Parker le aportará estilo. Quizás, por fin, la gente se anime a ponerse unas gafas inteligentes que cambien la forma en que ven —e interactúan con— el mundo, y que realmente quieran seguir usando.