Las grandes alimentarias buscan saciar su apetito por mejores resultados

Las grandes empresas de alimentos y bebidas han tenido un desempeño sólido durante décadas, aumentando gradualmente sus ganancias y ventas tanto en tiempos de bonanza como en épocas de desaceleración económica.
Pero los últimos años no han sido amables con la industria, ya que los consumidores, especialmente aquellos con menores ingresos, buscan alternativas más baratas y saludables a las marcas tradicionales. Además, el auge del uso de medicamentos contra la obesidad ha reducido la demanda de estos productos.
También ha generado descontento entre los consumidores la shrinkflation—la estrategia de cobrar lo mismo por porciones más pequeñas—y la falta de un enfoque claro en algunas grandes empresas. Un ejemplo es Kraft Heinz (NASDAQ: KHC), que acaba de lanzar una bebida alcohólica. Mientras tanto, muchas compañías han tardado en desprenderse de sus unidades de crecimiento lento.
Los consumidores están votando con sus billeteras, optando cada vez más por productos de marca blanca. Las ventas de estas marcas alcanzaron un récord de 271.000 millones de dólares el año pasado.
“El pronóstico para las empresas de alimentos envasados se ha deteriorado debido a las preocupaciones en torno al apetito por productos menos saludables, los posibles cambios regulatorios que podría implementar la administración Trump [como aranceles] y la capacidad financiera de los consumidores”, escribió Erin Lash, analista de acciones de alimentos de Morningstar.
Sin ganancias para las acciones de alimentos
Si juntamos todo esto, no es de extrañar que el índice S&P Food & Beverage Select Industry Index haya arrojado un rendimiento cercano a cero en los últimos tres años. Entre las principales empresas del sector, las acciones de Kraft Heinz han caído un 21% en ese período, Mondelez (NASDAQ: MDLZ) ha subido solo un 3% y Pepsi (NASDAQ: PEP) ha perdido un 6%.
Las historias detrás de estas empresas reflejan los desafíos de toda la industria. En el caso de Kraft Heinz, el mes pasado la compañía proyectó ingresos y ganancias por debajo de las estimaciones de los analistas para 2025. La empresa ha subido sus precios de forma constante para compensar el aumento de costos, pero eso ha tenido consecuencias: su volumen de ventas cayó un 4,1% en el cuarto trimestre respecto al año anterior, a pesar de que los precios solo aumentaron un 1% en ese período.
Mondelez, que domina el 30% del mercado global de snacks de chocolate, ha sufrido por la escalada del precio del cacao a máximos históricos en los últimos meses. Eso redujo su margen de beneficio bruto en 650 puntos básicos hasta el 31,5% en el cuarto trimestre, a pesar de un crecimiento orgánico de ventas del 5,2%.
La rebelión de los consumidores contra los alimentos poco saludables también ha golpeado a Pepsi, afectando la demanda de sus bebidas azucaradas y snacks salados. Durante el cuarto trimestre, el volumen de ventas de Frito-Lay, Quaker y bebidas cayó en su mercado más grande, Norteamérica. Además, la empresa presentó un pronóstico más débil de lo esperado para sus ventas y ganancias este año.
Todo esto refleja una serie de problemas para las grandes empresas de alimentos. Si la inflación se modera y las compañías logran adaptarse a las nuevas tendencias de consumo, el sector podría recuperarse. Pero, por ahora, el panorama sigue siendo incierto.