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🖥️Tecnología

Ideas simples dan buenos resultados

por
Adrian Segovia
Equipo de Comunicación de Producto de Quantfury

Cuando hablamos de la influencia de la tecnología en nuestras vidas, solemos pensar en lo último. Por ejemplo, la última generación de ordenadores, las naves espaciales, la inteligencia artificial, las redes de comunicación, la ‘Internet de las cosas’ y los dispositivos móviles de alta gama. Sin embargo, los objetos más sencillos y cotidianos también son productos tecnológicos: como los libros, la ropa o los bolígrafos. Estas cosas no han existido siempre. Surgieron como resultado de una invención para resolver un problema concreto o simplemente se descubrieron por mera casualidad. Estos inventos también eran tecnología punta en su momento, por muy sencillos que parecieran.

Un caso interesante fue el de los cartuchos de tinta recargables. El reverendo Bernard McCoy consideró que los cartuchos de tinta para su impresora eran costosos. Decidió, junto con sus colegas, poner manos a la obra y decidieron rellenar los cartuchos con tinta fabricada por ellos mismos y luego comercializarlos. A pesar de un comienzo humilde, llegaron a facturar cantidades superiores a las 6 cifras. Aunque esta idea no se patentó, se proliferó. Permitió a empresas como HP (NYSE: HPQ) y Xerox (NYSE: XRX) integrar los cartuchos de tinta recargables en su catálogo de productos. Cambió la forma de imprimir. Fue un punto positivo para los consumidores, que pudieron ahorrarse unos cuantos dólares.

La genialidad de algunas personas les permite convertir un fracaso en una idea millonaria. Tomemos el caso del popular Post-It. Pocas personas no lo conocen o no lo han utilizado en algún momento de su vida, pero ¿cómo empezó su historia? Spencer Silver era un científico de 3M (NYSE: MMM), especializado en adhesivos. Creó un pegamento que se emplearía para la producción de la nota Post-It. Pero, en el momento de su creación, fue descartado para su comercialización por la empresa porque no cumplía su función, que era ‘pegar bien.’ Más tarde, su colega Arthur Fry ideó el Post-It Note y usó este pegamento para desarrollarlo porque no dejaba marcas ni residuos en la superficie donde se utilizaba. Luego, 3M (NYSE: MMM) las comercializó en 1980 y el resultado lo conocemos todos: miles de millones de unidades vendidas en todo el mundo. Este es un claro ejemplo de cómo tomar una idea y un producto fallidos como complemento para desarrollar una idea excelente, que puede generar resultados espectaculares.

Por muy simple que sea una idea, debemos considerar que el ingenio para innovar es tan antiguo como la humanidad. De hecho, la curiosidad constante por aprender y cambiar nuestro entorno y mejorar nuestras vidas es lo que nos hace humanos.

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