Las sensaciones y los recuerdos

¿Te ha ocurrido alguna vez que caminas tranquilo por la calle y te cruzas con alguien que no conoces, pero que usa un perfume que te despierta recuerdos que tienen años olvidados? Quizás, solo estaban esperando el momento de ser revividos. El ser humano puede vivir en diferentes realidades, siendo todo una cuestión de perspectiva, o podríamos decir de “percepción”. Nuestro cerebro es increíble y, de una manera muy particular, hace de los sentidos nuestra puerta de entrada al mundo que nos rodea; son las herramientas que nos permiten interpretar nuestro mundo.

La investigación y los estudios para comprender nuestro cerebro llevan varios años, y se han acelerado en este último tiempo gracias a los avances tecnológicos. Al mismo tiempo, las compañías están enfocadas en recrear las sensaciones que encontramos en cosas tan simples como la comida. Todo se trata de la experiencia; las conexiones neuronales que se establecen en nuestro cerebro asociándose a aromas, sabores, sensaciones en general; y esto es lo que está tratando de desarrollar International Flavors & Fragrances (NYSE: IFF) una compañía que trabaja con los sentidos, diseñando sabores y aromas para que luego las demás compañías puedan aplicarlos a sus productos.

La comida tiene la capacidad de usar la mayoría de nuestros sentidos al mismo tiempo, el aroma logra captarnos mientras se va preparando, la vista determina si se ve apetitoso, mientras que el tacto nos puede decir mucho acerca de la textura, pero el más importante de todos es el gusto, es el determinante a la hora de degustar un plato.

Me atrevo a afirmar que la comida tiene dos partes, la física, que es la que mencioné antes, la preparamos, la podemos tocar y oler, y la que podría denominar como emocional. El cerebro es una caja de sorpresas y funciona en formas diversas y cada uno puede tener una interpretación diferente y la comida no es la excepción, es decir, la comida tiene un significado distinto para cada persona. Por ejemplo, todos conocemos el olor a pan recién horneado o el olor a un rico café recién hecho, pero quizás a alguien lo lleve a la infancia, a otro le recuerde a una persona muy querida de su familia, a reuniones de amigos o a algún momento de la vida que fue importante.

Podemos estar de acuerdo o no, pero en mi opinión, una de las mejores gastronomías del mundo es la francesa. Elegante, vanguardista y exquisita son algunas de las características de esta cocina, y sus clásicos platos son indiscutibles. Ratatouille es una típica preparación del sur de Francia. Pero también es el nombre de una reconocida película de Disney que supo interpretar el poder de la comida, lo que transmite y el significado que tiene para cada uno.

Si la has visto, el nombre Antón Ego te será más que familiar. Es un exitoso e impecable crítico de cocina y en la película se pueden ver dos versiones de este personaje, en un principio una personalidad fría, bastante seria, antipática; pero en un momento el cocinero de la película, le prepara un delicioso platillo: el clásico Ratatouille, el cual revolvió los recuerdos de Antón, y lo llevó a su infancia, a revivir los días en los que su mamá le preparaba este estofado de diferentes hortalizas. Este viaje a su pasado hizo que cambiara su actitud y su estado de ánimo.

Los aromas y su relación con nuestras formas de actuar se han visto reflejadas también en otras películas. ¿Has visto “El perfume”? Cuenta la historia de Jean-Baptiste Grenouille, un joven con un olfato muy desarrollado, que vive obsesionado con crear el perfume perfecto. Esta búsqueda lo convierte en un hombre sin escrúpulos, capaz de hacer cualquier cosa por lograr su objetivo, por lo que se convierte en un asesino de mujeres jóvenes para tratar de capturar sus aromas únicos.

International Flavors & Fragrances (NYSE: IFF), entendió a la perfección la importancia de los perfumes en todos los aspectos de nuestra vida, por eso, se dedica a crear aromas y fragancias que serán usados por distintas industrias, entre los que se incluyen los sectores de la alimentación, las bebidas, el cuidado personal y los productos domésticos. Recrean lo que los consumidores conocemos y amamos, y así, de alguna forma, también replican las sensaciones que están a nuestro alrededor, las que nos conectan con el mundo y con las experiencias que nos transportan a un momento especial de nuestra vida, a aquellos recuerdos que por algún motivo nos han marcado. Algo sucede en nuestro interior que podemos viajar con nuestra mente a ese instante especial, gracias a un simple, pero inolvidable aroma o sabor.