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Chefs hogareños

por
Miguel F Colaborador

Si hay algo que sin dudas heredé de mi familia, es el gusto por la buena comida. Pero no solo eso, sino el ritual que conlleva todo el proceso, desde la compra de los ingredientes, la preparación de los mismos en la cocina, el armado de los platos, la presentación en la mesa y finalmente la reunión familiar. Quizás haber nacido en una época en donde el delivery aún no era de lo más común, sumado a la tradición de la comida casera, lograron que mi juventud llevara la marca registrada de los almuerzos familiares de los domingos.

Por tal motivo en el año 2018 decidí darle rienda suelta a mi hobby y comenzar la carrera de Chef Profesional. Por diversos motivos, pude realizar solo el primer año de la misma, que me bastó para conocer variadas técnicas y cuestiones bromatológicas, pero lo que más llamó mi atención fue la pasión que aplicaba cada uno de mis compañeros en cada plato. Cualquiera puede seguir una receta de cocina, sin dudas, pero tanto el sabor como el aroma y la textura van a variar teniendo en cuenta la pasión y dedicación que el cocinero puso en cada uno de los detalles.

Siempre recuerdo una historia que nos contó uno de los profesores del curso. En la década de 1940 la marca Betty Crocker, propiedad de General Mills (NYSE: GIS), lanzaba al mercado un producto que prometía ser revolucionario: El bizcochuelo de premezcla. Imaginense el tiempo que ahorraba verter el contenido de un sobre en un recipiente con agua, revolver, hornear, y obtener un bizcochuelo listo para realizar una torta. Las ventas comenzaron a crecer paulatinamente hasta que en la década de 1960 comenzaron a estancarse.

Fue entonces que decidieron buscar las causas más profundas de la poca aceptación en el mercado, y para eso acudieron al psicólogo austríaco Ernest Dichter, que se especializaba en estudiar hábitos de consumo. La conclusión del psicólogo fue que había que “empeorar” el producto. si, la mezcla volvía tan fácil el proceso que los consumidores hasta se sentían culpables de utilizarla. No sentían que estaban cocinando, sino más bien creando un producto sintético carente de todo sentimentalismo. La solución fue sencilla: Quitar el huevo deshidratado de la premezcla y modificar la receta para que el cocinero agregue un huevo fresco. Y ¿adivinen qué?, si, funcionó. Ahora los consumidores tenían esa sensación de estar cocinando.

En la época actual, el arte culinario está en auge. Es de lo más común ver una oferta variada de cursos y programas de TV sobre el tema. Muchos queremos sentir esa pasión y ese placer que brinda agasajar a otros con nuestra comida, pero en ocasiones el ritmo acelerado de nuestras vidas no nos permite hacernos el tiempo necesario para colocarnos el gorro de Chef. Para ayudarnos un poco con esta cuestión, nacieron las empresas de “Kits de comida” como la alemana Hellofresh (BATS EU: HFG).

La temática es sencilla pero muy práctica. Mediante un sistema de suscripción, Hellofresh (BATS EU: HFG) envía a nuestro domicilio un kit de ingredientes junto a la tarjeta de receta para preparar una comida. Los ingredientes siempre son frescos y adquiridos en los mismos proveedores, lo que nos asegura un sabor idéntico a lo largo del tiempo, siempre y cuando sigamos la receta al pie de la letra. De esta forma podemos cocinar en nuestro hogar, teniendo la certeza de que aplicaremos las proporciones exactas y no nos faltará ningún ingrediente.

La apuesta es realmente innovadora, ya que permite también abrirnos a diferentes culturas. En ocasiones no nos sentimos con la confianza suficiente para cocinar platos autóctonos de otros países del mundo por nuestra cuenta. Los ingredientes pueden diferir de aquellos a los que estamos habituados e incluso según en qué parte del mundo nos encontremos pueden ser difíciles de conseguir, desalentándonos al tener que recorrer varios mercados en su búsqueda. Por otro lado también nos permite llevar un control más estricto de nuestra dieta, al contener un etiquetado muy fácil de comprender que nos muestra, entre otras cosas, el valor nutricional final por porción.

Hellofresh (BATS EU: HFG) tuvo un ascenso vertiginoso. En el año 2011 irrumpía en el mercado a modo de Start up y fueron sus mismos fundadores quienes repartieron los primeros kits de comida a domicilio. Para el año 2017 anunciaba su salida a la bolsa de valores, y tan solo 1 año después absorbió a uno de sus principales competidores en el mercado de EEUU, Green Chef, orientado a la creación de kits de comidas con ingredientes orgánicos, para así ampliar la cartera de opciones.

Al día de hoy, la empresa posee más de 7 millones de suscriptores activos en el mundo. 7 millones de personas que no abandonan su pasión y encuentran en los kits de comidas a su aliado contra la falta de tiempo, el cansancio y la mala nutrición. Por el momento no puedo suscribirme a Hellofresh (BATS EU: HFG) ya que no está disponible en mi país, pero al investigar descubrí que existen diversas empresas locales basadas en este modelo de negocio, solo resta decidirme por una de ellas y desempolvar mi gorro de chef.

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