Cifras débiles de empleo pueden no ser señal de acciones más fuertes

Dan Weil Analista de Noticias de Mercado

En la antesala de los datos de empleo del viernes, los inversionistas se mostraron optimistas ante la posibilidad de cifras débiles, sabiendo que ese resultado podría llevar a la Reserva Federal a recortar las tasas de interés.

De hecho, los futuros de las tasas de interés apuntaban a una probabilidad del 100% de una reducción en la reunión de la Fed del 15 y 16 de septiembre.

Un recorte de tasas podría impulsar a las acciones al estimular la expansión económica y con ello, el crecimiento de las utilidades. Esa visión llevó a los inversionistas a empujar los precios al alza, con el S&P 500 (NYSE: SPY) subiendo un sólido 2,7% en el período de un mes que terminó el jueves. Ese razonamiento podría resultar acertado.

Los inversionistas obtuvieron el viernes las débiles cifras de empleo que esperaban. Las nóminas no agrícolas aumentaron solo en 22.000 en agosto y la tasa de desempleo subió a 4,3% desde el 4,2% en julio.

El entusiasmo podría desvanecerse

Pero esas estadísticas no provocaron un repunte bursátil. El S&P 500 retrocedió 0,5% al mediodía del viernes. Existen buenas razones para que las acciones caigan, a pesar de la baja en las tasas de interés. Por supuesto, no es un hecho seguro que la renta variable se debilite, también podría subir. Pero aquí están los argumentos más sólidos para una caída:

  • Primero, la Fed recortaría las tasas debido a un crecimiento económico lento. El PIB cayó 0,5% anualizado en el primer trimestre, aunque repuntó 3,3% en el segundo. Ambos trimestres estuvieron distorsionados por los efectos de los aranceles. En cualquier caso, un crecimiento económico más lento implica un crecimiento de utilidades más lento. No hay garantía de que los recortes de tasas produzcan un mayor crecimiento económico, especialmente en el corto plazo.
  • Segundo, la inflación no ha desaparecido, ya que los altos aranceles están impulsando los precios al alza. El indicador de inflación preferido por la Fed, el índice de precios de gasto en consumo personal, subió a una tasa anual de 3,3% en el segundo trimestre. Muy por encima de la meta de la Fed del 2%. Tasas más bajas podrían empujar la inflación aún más arriba. Como bien se sabe, la inflación es negativa para las acciones, ya que eleva los costos de las compañías y reduce el valor de sus activos.
  • Tercero, las acciones ya están con valoraciones elevadas. Al 29 de agosto, el múltiplo precio-ganancias a 12 meses futuros del S&P 500 se ubicaba en 22,4, bastante por encima del promedio a cinco años de 19,9 y del promedio a diez años de 18,5. El ratio PE ajustado cíclicamente del Nobel laureado Robert Shiller, que considera las utilidades de 10 años, están en su segundo nivel más alto desde 1871, sólo por detrás del auge de las puntocom en 1999. Con las acciones tan altas, bastaría con un poco más de debilidad económica o inflación para provocar una fuerte corrección.

En definitiva, no es seguro que las acciones caigan a partir de ahora. El mercado es volátil y a menudo contradice las expectativas. Aun así, los inversionistas quizás deban ser cautos antes de subirse demasiado rápido al tren alcista.

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