Warren Buffett pone a prueba el viejo dicho de que “las palabras se las lleva el viento”

Las acciones hablan más que las palabras. Es un concepto que Abraham Lincoln repitió en su famoso discurso de 1860 en Cooper Union, y hay otras variantes bien conocidas de la misma idea: “Lo que haces habla tan fuerte que no puedo oír lo que dices”. “Hechos, no palabras”. “Hablar es barato”.
Los inversores tal vez quieran tener esto en mente mientras examinan la carta anual de Warren Buffett a los accionistas de Berkshire Hathaway (NYSE: BRK) en busca de pistas sobre cómo el legendario inversor ve las condiciones actuales del mercado, especialmente porque la edición de 2025 contiene una contradicción flagrante. Después de explayarse poéticamente sobre la confianza, la naturaleza de los errores y la capacidad de una única buena decisión para acumularse con el tiempo, Buffett abordó la creciente percepción entre algunos comentaristas de que las reservas de efectivo de la empresa se habían vuelto “extraordinarias”.
“Los accionistas de Berkshire pueden estar seguros de que siempre invertiremos una mayoría sustancial de su dinero en acciones”, escribió. “Berkshire nunca preferirá la propiedad de activos equivalentes a efectivo a la propiedad de buenas empresas, ya sean controladas o solo parcialmente poseídas”.
Pilas de efectivo
El comentario es contundente porque es exactamente lo opuesto a lo que está haciendo en realidad. La pila de efectivo de Berkshire aumentó a un récord de 334 mil millones de dólares a fines del año pasado, el doble de lo que era un año antes. Esta decisión podría interpretarse como una señal preocupante para las valoraciones actuales y parece sugerir que Buffett simplemente no ve ninguna empresa con precios atractivos que valga la pena comprar en este momento. Sus comentarios, además, vinieron con un reconocimiento total sobre el riesgo de tener demasiado efectivo.
“El papel moneda puede ver su valor evaporarse si prevalece la locura fiscal”, continuó. “En algunos países, esta práctica imprudente se ha vuelto habitual y, en la corta historia de nuestro país, Estados Unidos ha estado cerca del borde. Los bonos de cupón fijo no protegen contra una moneda fuera de control”.
Pero no se equivoquen. Buffett echó un jarro de agua fría a cualquier especulación de que Berkshire podría abandonar su estrategia de larga data de renunciar a los dividendos y optar por “reinvertir en lugar de consumir”. Esa combinación (un fuerte respaldo a las acciones a largo plazo, una creciente pila de efectivo y un rechazo a devolver el capital a los accionistas) significa que Berkshire está navegando entre valoraciones históricamente altas con su característica paciencia, esperando el momento adecuado en lugar de perseguir precios potencialmente inflados.
Indicadores de Buffett
De hecho, el llamado “Indicador de Buffett”, que fue popularizado por el inversor más famoso del mundo en 2001, muestra que el mercado está fuertemente sobrevaluado en relación con el producto interno bruto, al menos según los estándares históricos, y hay algunas evidencias de que los índices más importantes pueden estar comenzando a seguir el ejemplo de Buffett, con el Nasdaq Composite, de fuerte presencia tecnológica, cayendo un 1% en lo que va de año después de haber subido casi un 29% en 2024. La pregunta del billón de dólares es exactamente cuán pronunciada tendría que ser la liquidación para que Berkshire comience a comprar nuevamente. Mientras tanto, el enorme tamaño de la empresa limita su capacidad para encontrar transacciones que tendrían un impacto sustancial.
Si bien Berkshire ha estado reduciendo sus participaciones en empresas como Apple (NASDAQ: AAPL) y Bank of America (NYSE: BAC), el holding continúa aumentando las inversiones en los conglomerados japoneses Itochu, Marubeni, Mitsubishi, Mitsui y Sumitomo. La estrategia se dio a conocer por primera vez en 2020 y se volvió a mencionar en la carta de Berkshire a los inversores el año pasado. Esta vez, Buffett repitió cómo inicialmente se sintió atraído por ellos debido a sus atractivas valoraciones en ese momento.
“Simplemente analizamos sus registros financieros y nos sorprendieron los bajos precios de sus acciones”, escribió. “A medida que han pasado los años, nuestra admiración por estas empresas ha crecido constantemente”. Eso sí es “convertir las palabras en acciones”, algo que ha sido una constante durante décadas.
Pero volvamos al principio de la carta anual. Buffett la inició reconociendo su responsabilidad hacia los accionistas, diciendo: “Además de los datos obligatorios, creemos que les debemos comentarios adicionales sobre lo que poseen y cómo pensamos”. Este año, sin embargo, no son tanto las palabras escritas las más interesantes, sino los datos en sí. Como dijo Lincoln en ese discurso hace 165 años, “las acciones, bajo tal responsabilidad, hablan aún más alto”.