Jugar con los números puede arrojar resultados interesantes en cualquier campo. Aquí algunos ejemplos del mundo financiero.
Para quienes tienen más de 60 años, puede parecer que los últimos 45 años han sido los mejores en la historia del mercado bursátil. Después de todo, hubo grandes mercados alcistas en las décadas de 1980 y 1990, sin mencionar los últimos 16 años. Pero de los 53 periodos móviles de 45 años desde 1928, los últimos 45 se ubican solo en el puesto número 14, con un rendimiento total anualizado de 11,99% para el S&P 500.
Es fácil olvidar que el mercado cayó durante tres años consecutivos entre 2000 y 2002, tras el estallido de la burbuja puntocom. Fue la primera triple caída desde 1929–1932. El S&P 500 también se desplomó 37% en 2008 durante la Gran Crisis Financiera y retrocedió 18% en 2022. Estos tropiezos obviamente afectaron el rendimiento acumulado del periodo de 45 años.
El mejor periodo de esa duración fue entre 1953 y 1998, con un rendimiento de 13,08%. Esa era incluyó el auge económico posterior a la Segunda Guerra Mundial de las décadas de 1950 y 1960. El crecimiento de los años 60 se debió en gran parte a fuertes recortes de impuestos y al gasto público bajo la presidencia de Lyndon Johnson. Los años 90 también fueron una época de prosperidad económica, con compañías que buscaban eficiencia, tecnología y mercados internacionales.
No des por muerto al dólar
Se ha hablado mucho últimamente sobre la supuesta decadencia del dólar. Pero el euro cotiza actualmente a US$1,1645, casi igual que su valor inicial de US$1,1686 cuando debutó en diciembre de 1999. Desde entonces ha tenido muchos altibajos, con un máximo de US$1,58 en 2008 y un mínimo de US$0,85 en 2000.
Recuerda que los tipos de cambio suelen estar determinados por los movimientos de las tasas de interés a corto plazo y por el desempeño económico de corto plazo. Por lo tanto, esas fluctuaciones tienen sentido. Las monedas de los mercados desarrollados rara vez se mueven en la misma dirección durante muchos años seguidos.
Acciones versus bonos
Seguramente sabes que las acciones superan ampliamente a los bonos en el largo plazo. Pero hay excepciones. El rendimiento de los bonos del Tesoro a 30 años alcanzó un máximo histórico de 15,21% en octubre de 1981, cuando el presidente de la Fed, Paul Volcker, elevó las tasas de interés para frenar la inflación descontrolada.
Si hubieras comprado bonos del Tesoro a 30 años en ese momento y los hubieras mantenido hasta su vencimiento, habrías superado al índice S&P 500, que registró una ganancia anualizada, sin incluir dividendos, de solo 8,06%. No cuentes con que ese fenómeno vuelva a repetirse, pero nunca se sabe.
Materias primas e inflación
Los asesores financieros suelen destacar la importancia de las materias primas como elemento de diversificación en una cartera de inversión. Sin embargo, no deberías esperar grandes rendimientos. De hecho, varios índices de materias primas han generado rendimientos ajustados por inflación cercanos a cero durante los últimos 200 años. Así que, en realidad, invertir en materias primas como clase de activo sirve principalmente como cobertura contra la inflación.
Vivienda versus acciones
Los jóvenes que han visto aumentos explosivos en los precios de las viviendas en los últimos años (18% en 2021 y 14% en 2022, por ejemplo) podrían pensar que el rendimiento de su inversión en una casa compite con el de las acciones. No es así. Los precios de las viviendas han subido un 4,5% anualizado en los últimos 70 años, en comparación con un rendimiento total anualizado de 11,3% para el S&P 500. Por lo tanto, en general es mejor considerar una casa como un lugar para vivir y no como una fuente de ganancias.
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