La intervención del banco central podría no ser la solución ante la fortaleza del euro

por
Dan Weil

Los banqueros centrales europeos han empezado a mostrar preocupación por la fortaleza del euro, tras su alza del 13% frente al dólar en lo que va del año.

Una moneda fuerte reduce las exportaciones al encarecer los productos de un país en términos de moneda extranjera, y menores exportaciones implican menor crecimiento económico. 

Alemania, en particular, depende en gran medida de las exportaciones, que representan alrededor del 50% de su PIB

Además, con una inflación en la eurozona de solo el 2% en Junio, algunos expertos señalan que un euro más débil podría ser el remedio para estimular la economía. La economía del bloque creció apenas un 0,3% en el primer trimestre frente al cuarto trimestre del año anterior.

“Deberíamos tratar de evitar cualquier exceso” en la apreciación del euro, le dijo a Bloomberg a comienzos de mes Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). Un aumento del euro por encima de los 1,20 USD podría considerarse un exceso, agregó. Recientemente, el euro se cotizaba en 1,1690 USD.

Este panorama ha alimentado especulaciones sobre una posible intervención del BCE en el mercado de divisas para debilitar al euro. Eso haría que las exportaciones europeas resulten más atractivas en términos de moneda extranjera.

Por qué una intervención parece poco probable

A pesar de la cautela del BCE frente a la fortaleza del euro, es poco probable que intervenga en el mercado. Por un lado, los propios operadores e inversores ya están poniendo un límite al alza de la moneda. Desde el 1 de Julio, el euro ha caído un 1% frente al dólar americano.

Además, el BCE aún tiene margen para seguir recortando las tasas de interés si considera necesario estimular la economía. Cuando redujo su tasa principal al 2% el mes pasado, señaló que por ahora sería el fin de los recortes. Sin embargo, puede cambiar de opinión en cualquier momento y reanudar las reducciones.

No hay garantía de que una intervención del BCE en el mercado cambiario funcione. Para que sea efectiva, probablemente debería estar coordinada con otros bancos centrales. Pero esa cooperación es difícil de lograr fuera de contextos de crisis financiera.

Lecciones de la historia cambiaría

La intervención coordinada entre bancos centrales funcionó bien en los años 80, pero el mercado de divisas era mucho más pequeño entonces. Según el servicio de IA, Grok, el volumen diario de operaciones en ese entonces se estimaba entre 50.000 y 150.000 millones USD. Para 2022, ese volumen alcanzó los 7.500 millones USD, según el Banco de Pagos Internacionales. Por lo tanto, los bancos centrales tendrían que inyectar enormes cantidades de dinero para influir en los tipos de cambio hoy en día.

Tampoco está claro que una intervención contra el euro beneficie a la economía. Una moneda más débil encarecería las importaciones; como la energía y las materias primas en términos de euros. Esto podría elevar la inflación y potencialmente limitar el crecimiento económico.

Además, la reciente caída del euro podría continuar. Las monedas pueden cambiar de rumbo rápidamente. Si la economía de EE. UU. crece sustancialmente más que la europea, es posible que los inversores pierdan interés en el euro.

Por lo tanto, no hacer nada podría terminar siendo la mejor política del BCE.