Las acciones de empresas de servicios públicos pueden ser una inversión sólida en tiempos de incertidumbre en el mercado.
A menudo son monopolios o parte de oligopolios con precios regulados por el gobierno. Todo esto hace que sus ingresos sean más predecibles. Además, generalmente ofrecen dividendos, lo que brinda ingresos regulares a los inversionistas.
Una de las mayores, quizás la más grande compañía de servicios públicos de Estados Unidos es Duke Energy (NYSE: DUK) con 141 años de historia. La compañía cuenta con 10,3 millones de clientes de electricidad y gas natural en siete estados. Sus mayores concentraciones de clientes se encuentran en Carolina del Norte (4,6 millones) y Florida (2 millones).
Las empresas de servicios públicos han estado en auge últimamente, impulsadas por la fuerte demanda derivada del crecimiento de los centros de datos basados en inteligencia artificial, la electrificación del transporte y otras industrias, así como por el simple crecimiento poblacional.
Las empresas de servicios públicos estadounidenses generaron 2.580 millones de megavatios hora de electricidad en lo que va del año hasta julio, un aumento del 3,1% frente al mismo período de 2024. Se espera que la producción continúe aumentando.
No es de extrañar que el índice de servicios públicos del S&P 500 haya subido un 20% en lo que va del año, superando al S&P 500 general, que ha ganado un 15%.
Duke ha subido un 16% en lo que va del año hasta principios de octubre y un 13% en los últimos 12 meses. Ha incrementado su dividendo cada año durante al menos los últimos 19 con un rendimiento actual proyectado de 3,4%.
Inyecciones de capital
En agosto, Duke anunció un aumento de US$4.000 millones en su plan de gastos de capital para los próximos cinco años, elevando el total a US$87.000 millones. La mitad de ese aumento provendrá de la venta de una participación del 19,7% de Duke Energy Florida a la reconocida Brookfield Asset Management por US$6.000 millones. Un acuerdo de este tipo permite a Duke obtener capital sin emitir acciones ni asumir deuda.
En julio, la compañía anunció un acuerdo para vender su negocio de distribución de Piedmont Natural Gas Tennessee por US$2.500 millones a la empresa de gas natural Spire. La mayor parte de esos ingresos (US$1.500 millones) también se destinarán a gastos de capital.
Duke reportó sólidos resultados para el segundo trimestre. Los ingresos alcanzaron los US$7.500 millones, un aumento del 4,7% respecto al año anterior. Las ganancias por acción fueron de US$1,25, un incremento del 11%. La empresa reiteró su previsión de que las ganancias ajustadas por acción crecerán a una tasa anual del 5%-7% hasta 2029 con base en el punto medio de su proyección para 2025.
Opinión positiva de los analistas
Muchos analistas son optimistas respecto a Duke. Andrew Bischof, de Morningstar, es uno de ellos. Señala que la compañía destaca por su buena relación con los entes reguladores estatales, algo clave, ya que estos deben aprobar cualquier aumento tarifario que la empresa solicite.
Las relaciones con los reguladores son el “componente más crítico” de la evaluación de las empresas de servicios públicos, indicó Morningstar. El entorno regulatorio de Duke es especialmente favorable en Carolina del Norte y Florida, sus dos estados con más clientes, agregó Bischof. “Anticipamos que Duke seguirá beneficiándose de incrementos tarifarios constructivos que respalden su inversión.”
Así que las perspectivas son positivas para la empresa, aunque conviene tener cautela. Su ratio precio-beneficio proyectado es ahora de 18,8 por encima de su promedio de cinco años de 17,8. Por lo tanto, las ganancias adicionales podrían ser moderadas en el corto plazo.
El autor posee acciones de Duke.
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