Las acciones con dividendos no son tan aburridas como parecen

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Cuando se trata de acciones con dividendos, los inversores suelen pensar en ellas como acciones de valor aburridas. Y las acciones sin dividendos suelen considerarse una oportunidad atractiva de crecimiento.

Pero no siempre es así. Muchas empresas líderes en crecimiento pagan dividendos, como Alphabet (NASDAQ: GOOGL), Apple (NASDAQ: AAPL) y Microsoft (NASDAQ: MSFT).

E incluso si solo las acciones de valor pagaran dividendos, han superado a las de crecimiento a largo plazo. De 1927 a 2022, las acciones de valor superaron en promedio a las de crecimiento en 4,4 puntos porcentuales anuales, según Dimensional Fund Advisors.

El dato más revelador podría ser este: de 1973 a 2023, las acciones con dividendos registraron una rentabilidad anualizada del 9,18 %, más del doble del 3,95 % de las acciones sin dividendos, según un estudio de Ned Davis y Hartford Funds. Es un argumento bastante sólido a favor de las acciones con dividendos.

Además, los dividendos reinvertidos representaron el 85 % de la rentabilidad del índice S&P 500 entre 1960 y 2024, según Hartford y Morningstar.

Los dividendos crecientes superan a los dividendos altos

Si va a invertir en acciones con dividendos, naturalmente buscará empresas sólidas. Por eso, conviene considerar compañías que aumenten sus pagos cada año. Estas suelen tener finanzas saludables, lo que les permite incrementar sus dividendos de forma sostenible.

Al mismo tiempo, es mejor evitar empresas con los rendimientos de dividendos más altos. Esos rendimientos elevados suelen deberse a caídas en el precio de las acciones, lo que podría reflejar problemas financieros.

Otra métrica importante en este tipo de acciones es el ratio de pago: el dividendo por acción dividido por la ganancia por acción. Un ratio superior al 75 % puede ser una señal de alerta, ya que podría volverse insostenible si los beneficios caen.

Las acciones con dividendos suelen ofrecer protección ante el riesgo, ya que los pagos regulares evitan que las empresas despilfarren el efectivo en gastos innecesarios. Por eso, pueden ofrecer tanto seguridad como la oportunidad de obtener una rentabilidad atractiva.