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Por qué la enorme deuda pública no está perjudicando a las acciones ni a los bonos

por
Dan Weil
Equipo de Quantfury
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Parece extraño que la explosión de la deuda del gobierno estadounidense en los últimos años no haya afectado negativamente a las acciones ni a los bonos.

Las razones parecen ser dos: el dólar sigue siendo la moneda de reserva dominante a nivel mundial y los bonos del Tesoro continúan siendo la inversión de refugio seguro más importante del mundo.

Esto significa que el Tesoro y la Reserva Federal pueden financiar fácilmente la deuda emitiendo bonos y expandiendo la oferta monetaria. Los inversores pueden estar tranquilos de que estos bonos son líquidos y estables debido a su condición de refugio seguro.

Además, los inversores no tienen que preocuparse de que el dólar se devalúe, lo que podría afectar el valor de sus tenencias de bonos del Tesoro o acciones. El papel del dólar como moneda de reserva principal garantiza una demanda constante.

En cuanto a la carga de deuda del gobierno federal, esta alcanzó los 35,5 billones de dólares al 30 de septiembre, equivalente al 96,5% del PIB. Y no hay señales de que la tendencia al alza de la deuda se desacelere; de hecho, podría incluso acelerarse.

El impacto de la deuda en la economía

Los economistas de Harvard Ken Rogoff y Carmen Reinhart han estimado que, cuando la deuda pública alcanza el 90% del PIB, el crecimiento económico puede reducirse a la mitad. Eso claramente no ha ocurrido.

La economía creció un 2,9% en 2023 y ha mantenido un crecimiento trimestral anualizado promedio del 2,5% en lo que va del año.

Si se asume que es la primacía del dólar y el estatus de refugio seguro de los bonos del Tesoro lo que protege a las acciones y los bonos de los efectos de la deuda pública, cabe preguntarse si esos factores podrían revertirse en el corto plazo. Esto parece poco probable.

En lo que respecta al dólar, no parece haber una alternativa viable que pueda reemplazarlo como la moneda predominante. El euro no resulta una opción sólida debido a las frecuentes disputas entre sus países miembros y el estancamiento económico de largo plazo.

El yuan tampoco es un candidato probable, ya que el gobierno chino interfiere frecuentemente en el mercado de divisas para manipular el valor del renminbi.

¿Un esfuerzo colectivo?

Existe la posibilidad de que un grupo de naciones se una para crear una moneda de reserva común, pero esto parece extremadamente improbable. Convencer a varios países de que renuncien a su soberanía monetaria sería una tarea monumental.

En octubre, el presidente ruso Vladimir Putin causó revuelo al posar ante las cámaras con un billete ficticio que incluía las banderas de las naciones BRIC: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Sin embargo, los soldados chinos e indios se enfrentaron mortalmente tan recientemente como en 2020. Además, tanto Brasil como India mantienen fuertes alianzas con las naciones occidentales. Por lo tanto, no parece probable que surja pronto una moneda conjunta entre los países BRIC.

En cuanto al estatus de refugio seguro de los bonos del Tesoro, tampoco hay una alternativa clara en el horizonte. Los eurobonos ni siquiera son emitidos por la eurozona en su conjunto, sino por gobiernos individuales.

Además, muchos bancos centrales mantienen grandes reservas de bonos del Tesoro, incluida China, que posee 772.000 millones de dólares en ellos. Si los bancos centrales extranjeros comenzaran a venderlos en favor de bonos de otros países, las ventas iniciales probablemente provocarían una caída drástica de precios, causando grandes pérdidas en las operaciones posteriores.

Todo esto sugiere que, al menos en el futuro previsible, Estados Unidos puede continuar financiando su creciente carga de deuda sin que esto afecte significativamente a las acciones ni a los bonos.