Delta Air Lines (NYSE: DAL), la aerolínea estadounidense con mayor capitalización bursátil, tiene un modelo de negocio sobresaliente que está generando cuantiosas ganancias.
Pero, dada la naturaleza impredecible de la industria aérea, no está claro cuánto más podrá Delta “seguir ascendiendo”, para usar su propio lema.
La compañía registró ingresos de USD$16.700 millones en el tercer trimestre, un aumento del 6% respecto al año anterior. Se benefició de su enfoque en productos premium, como los asientos de clase ejecutiva y las salas VIP en los aeropuertos, ya que los viajeros de altos ingresos siguen dispuestos a gastar en sus desplazamientos. Las ventas de asientos premium aumentaron un 9% y las de boletos corporativos un 8%. Las ventas de asientos en la cabina principal cayeron un 4%. Pero Delta está contenta de concentrarse en el segmento premium.
En los últimos 10 a 15 años, los productos premium de la compañía pasaron de ser una fuente de pérdidas a sus líneas de negocio a tener una con mayor margen de ganancia, señaló el presidente de Delta, Glen William Hauenstein, durante la conferencia de resultados de la semana pasada.
Dónde está el crecimiento
“Seguimos invirtiendo en productos de gama alta, ya sea abriendo nuevas salas Delta One o áreas de check-in exclusivas”, dijo. “Si miramos al próximo año, la mayor parte de nuestro crecimiento, si no todo, estará en los sectores premium”.
Las ganancias por acción aumentaron un 10% en el tercer trimestre respecto al año anterior y el margen operativo subió de 8,9% a 10,1%. Delta prevé un crecimiento de ingresos del 2% al 4% en el cuarto trimestre con un margen operativo de entre 10,5% y 12%.
Las buenas noticias han impulsado su acción un 43% en los últimos seis meses, muy por encima del aumento del 24% del S&P 500.
Delta tiene un sólido historial de servicio al cliente. Ocupó el primer lugar en el Estudio de Satisfacción de Aerolíneas de América del Norte 2025 de J.D. Power para pasajeros de clase económica premium por tercer año consecutivo.
Suele situarse cerca del fondo de la lista del Departamento de Transporte de EE. UU. en cuanto a tasa de quejas de pasajeros entre las principales aerolíneas. Delta obtiene altas calificaciones por su puntualidad, la baja cantidad de pasajeros reubicados involuntariamente y la eficiencia en el manejo de equipaje.
La dura realidad
Pero volar es un negocio complicado. El analista de Morningstar, Nicolas Owens, resume bien los problemas inherentes a dirigir una aerolínea.
“Las aerolíneas alquilan asientos por hora en aviones diseñados para volar durante décadas y sus operaciones y resultados financieros están sujetos a fluctuaciones que escapan a su control”, escribió. Esto incluye los precios de los boletos, los costos del combustible, los costos laborales, el clima y la variación estacional en los planes de viaje de los pasajeros.
Eso no es todo. “El negocio aéreo es altamente competitivo en precios, intensivo en capital y en mano de obra, lo que hace difícil que una aerolínea genere beneficios que superen su costo de capital”, señaló Owens.
De hecho, un estudio de 2018 del grupo industrial IATA estimó que el retorno sobre el capital invertido solo se había acercado al costo de capital de la industria una vez en los últimos 20 años, sin llegar a superarlo.
Owens se muestra impresionado con el rendimiento líder de Delta en ingresos por pasajero (ingresos de pasajeros divididos por millas recorridas por pasajeros). Pero, “aunque creemos que Delta seguirá obteniendo rendimientos superiores, vemos que la diferencia entre esos rendimientos y sus costos totales se parecerá más a la del resto de la industria a largo plazo”, dijo.
Así que el ascenso de Delta podría no ser tan pronunciado en el futuro.
Comentarios