Las acciones colombianas suben en un mundo al revés donde el estancamiento se convierte en una fuerza bienvenida

Colombia ofrece el último caso práctico de cómo las malas noticias a veces pueden convertirse en buenas, al menos para los mercados. Con el gobierno del presidente Gustavo Petro en apuros antes de las elecciones del próximo año, la tesis emergente se basa en la creciente percepción de que la situación solo puede mejorar.
A primera vista, hay muchos factores que podrían asustar a los inversores. Fitch acaba de rebajar la perspectiva crediticia del país a negativa debido al aumento del déficit fiscal y las presiones del gasto. Petro, conocido por sus inusuales arrebatos en X, tampoco ayuda. Ha perdido a 13 ministros en tres meses, siendo el último el de Hacienda, Diego Guevara, quien renunció por supuestos desacuerdos sobre la necesidad de aplicar recortes presupuestarios. El caos se ejemplificó el mes pasado en una amarga reunión del gabinete transmitida por televisión que se prolongó durante seis horas y expuso profundas tensiones internas dentro del primer gobierno de izquierda del país.
“El gobierno de Petro ha tenido tantas dificultades para ejecutar su visión que ha pasado de la ambición al estancamiento”, escribió Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, en un informe reciente. Guzmán sostiene que el líder de izquierda —quien no puede postularse a la reelección debido a los límites constitucionales— aún intentará avanzar con una agenda conocida por su postura crítica hacia la industria energética del país, en un esfuerzo por lograr victorias legislativas antes de los comicios.
“El resto de su mandato será difícil de gestionar, con mucha incertidumbre por parte del sector privado”, continuó Guzmán. “La economía está en pausa: la incertidumbre política, la caída en la producción petrolera y los choques externos amenazan la inversión extranjera y agravan el déficit fiscal.”
Auge en la bolsa
Sin embargo, es precisamente ese estancamiento lo que los mercados —que por lo general no toleran la incertidumbre— parecen interpretar como una señal alentadora. El gobierno de Petro puede ser caótico, pero los inversores parecen creer que la situación no puede empeorar mucho más. Las acciones de Ecopetrol SA (NYSE: EC), la petrolera estatal, han subido casi un 23 % en lo que va del año, mientras que Bancolombia (NYSE: CIB), el mayor banco del país, ha ganado un 33 %. El índice S&P Colombia Select, que sigue a las empresas más grandes y líquidas del país, acumula una rentabilidad cercana al 13 % en el mismo período, superando ampliamente al S&P 500, que ha caído un 1,9 %.
El peso colombiano ha seguido una trayectoria similar, apreciándose alrededor de un 8 % frente al dólar estadounidense en los últimos tres meses, tras un año de caídas. Se trata de un desempeño sorprendente para un gobierno sumido en el caos, y todo depende de la intuición de que lo que venga tendrá que ser mejor que el statu quo.
Petro —exmiembro de la guerrilla M-19 que pasó casi dos años en prisión antes de que se firmara un acuerdo de paz con el gobierno en 1990— no ha gozado de popularidad entre las clases empresariales del país. Es conocido su enfrentamiento con el presidente estadounidense Donald Trump, y ha llegado incluso a decir que la cocaína no es peor que el whisky. Además, tiene uno de los índices de aprobación más bajos de cualquier presidente en funciones de Sudamérica, con poco más de un tercio de los votantes apoyándolo.
Un año volátil por delante
Si bien Colombia Risk Analysis anticipa un año volátil —con Petro intentando consolidar su legado mediante un referéndum sobre las estancadas reformas de salud y trabajo, y con múltiples candidatos posicionándose para las elecciones—, se espera que algunos de los peores escenarios posibles logren suavizarse, pese a todo el ruido que se avecina.
“Seguimos creyendo que las instituciones colombianas son sólidas y evitarán cualquier retroceso democrático o tendencias autoritarias que puedan surgir de un Petro cada vez más frustrado y exasperado por los bloqueos políticos, las trabas legales o las limitaciones financieras”, escribió Guzmán.
Es una visión esperanzadora, y quizás racional, para un país donde los gobiernos de derecha y centroderecha tienden a prevalecer. Pero los inversores más cautelosos solo necesitan mirar al vecino Venezuela, que ha demostrado una y otra vez en los últimos 25 años que tocar fondo no tiene límites. El mercado puede estar apostando a un cambio que traiga de vuelta una administración más amigable con los negocios, pero en un año pueden pasar muchas cosas. Vicky Dávila —periodista y feroz crítica de Petro, a quien algunos han comparado con una versión colombiana de la líder opositora venezolana María Corina Machado— lidera actualmente las encuestas con el 13,6 % de apoyo, seguida por el centrista Sergio Fajardo. Pero Gustavo Bolívar, aliado de Petro, les pisa los talones en un tercer lugar.