Los bancos de EE. UU. brillaron en el primer trimestre, pero podrían enfrentar turbulencias

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Los principales bancos estadounidenses obtuvieron sólidas ganancias en el primer trimestre, impulsadas por resultados de negociación explosivos. Sin embargo, las buenas noticias podrían no durar, debido a señales de debilidad económica.

Desde que comenzó la temporada de resultados bancarios el 11 de abril, el índice KBW Nasdaq Bank ha subido un 2,5 %, frente a una ganancia de apenas el 0,3 % del S&P 500.

Bancos como JPMorgan Chase (NYSE: JPM), Goldman Sachs (NYSE: GS) y Morgan Stanley (NYSE: MS) obtuvieron importantes ganancias en operaciones bursátiles durante el primer trimestre, aprovechando la volatilidad del mercado alimentada por la preocupación en torno a los aranceles estadounidenses. Los ingresos por operaciones de JPMorgan se dispararon un 21 % interanual, hasta los 9.700 millones de dólares, con el segmento de renta variable alcanzando un récord histórico.

Banca de inversión, gestión patrimonial y más

Algunos bancos también se destacaron en banca de inversión, beneficiándose del crecimiento anualizado del 2,4 % del PIB en el cuarto trimestre. JPMorgan y Citigroup (NYSE: C) registraron un aumento del 12 % en esa área durante el primer trimestre.

Morgan Stanley se apoyó en su fortaleza en gestión patrimonial, con ingresos en ese segmento que subieron un 5,8 % interanual, hasta los 7.300 millones de dólares. Citigroup reportó un incremento del 24 %, hasta 2.100 millones. El mercado alcista hasta febrero generó suficiente riqueza para impulsar esas cifras.

También hubo señales positivas en el negocio crediticio. Wells Fargo (NYSE: WFC) redujo su provisión para pérdidas crediticias un 15 % respecto al trimestre anterior, hasta 932 millones de dólares. Las pérdidas netas por préstamos cayeron un 17 %, lo que sugiere que los prestatarios mantienen buena salud financiera.

Turbulencias en el horizonte

Pero las perspectivas a futuro no son tan alentadoras. La mayoría de los economistas pronostican que los aranceles estadounidenses, y la forma desordenada en que se están aplicando, impulsarán la inflación y frenarán el crecimiento económico. Muchos ya anticipan una recesión en los próximos 12 meses.

Eso, por supuesto, perjudicaría a los bancos. Los CEOs de las grandes entidades financieras expresaron cautela en sus informes del primer trimestre. Jamie Dimon, de JPMorgan Chase, dijo anticipar “turbulencias” e “incertidumbre” para la economía. Los directivos de Wells Fargo y Morgan Stanley compartieron mensajes similares.

Es cierto que los bancos reportaron un aumento del gasto de los consumidores durante el primer trimestre, y señalaron que se mantuvo sólido al inicio del actual trimestre, pese a la incertidumbre derivada de la política arancelaria. Pero si ese nivel de gasto se sostendrá en consumidores y empresas sigue siendo una incógnita.

Un factor decisivo será el comportamiento de las tasas de interés a largo plazo. La gran pregunta es qué pasará si continúan subiendo, como lo hicieron bruscamente entre el 5 y el 11 de abril.

Las tasas largas más altas suelen beneficiar a los bancos, ya que elevan el rendimiento de sus préstamos y bonos, mientras que las tasas que pagan por los depósitos suelen subir más lentamente, si es que lo hacen.

Pero si esas subidas de tasas vienen acompañadas de inflación persistente, el panorama se complica, sobre todo si también se desacelera el crecimiento económico (estanflación).

Todo apunta a que se avecina un periodo volátil para los bancos.