AutoZone (NYSE: AZO) pisa el acelerador

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“Entra en onda – AutoZone”, dice el minorista de autopartes (NYSE: AZO) en sus anuncios de televisión. Quizás sea un buen consejo.

La acción ha generado una rentabilidad anualizada del 22% en los últimos tres años, más del doble del 10% que ha rendido el S&P 500. Actualmente cotiza a 3.649 dólares.

La compañía se beneficia de una excelente red de distribución conectada a sus más de 6.500 tiendas en todo el mundo. Además, su amplia gama de productos es esencial para los consumidores, ya que muchos estadounidenses necesitan un coche en buen estado para llevar adelante su vida diaria.

Un servicio al cliente destacado también le da una ventaja competitiva a AutoZone. La empresa obtiene el 85% de sus ventas de productos para fallas y mantenimiento, como alternadores y bujías, que son necesarios para que los vehículos funcionen. Eso hace que el servicio al cliente sea crucial, señala el analista de Morningstar, Noah Rohr.

Ese sólido servicio le permite mantener la fidelidad de los clientes, incluso cuando competidores online o Walmart pueden ofrecer precios más bajos en autopartes. Por eso no sorprende que AutoZone mantenga márgenes de ganancia bruta superiores al 50%.

Mayormente clientes de bricolaje

Alrededor del 70% del negocio de AutoZone en EE. UU. proviene de clientes que realizan reparaciones por cuenta propia, y el resto de clientes comerciales. Rohr anticipa que esa proporción se inclinará más hacia el segmento comercial, lo que podría ejercer una ligera presión sobre los márgenes.

Según la Auto Care Association, la compañía tiene apenas entre 13% y 14% de participación en el mercado de bricolaje, por lo que parece haber espacio para crecer en ese frente. Los analistas también se muestran optimistas sobre el potencial del negocio comercial de AutoZone. Ese segmento creció 7% en el trimestre finalizado el 15 de febrero, y la empresa solo posee una participación del 5% en ese rubro.

Los resultados del trimestre fueron mixtos. Las ventas comparables aumentaron apenas un 0,5%. Pero excluyendo el efecto cambiario, las ventas comparables totales subieron 2,9% y las ventas comparables internacionales un 9,5%.

Los analistas siguen siendo optimistas. Aunque los márgenes operativos se redujeron en el trimestre, “el compromiso de la gerencia de mejorar la disponibilidad de piezas y la velocidad del servicio para los clientes comerciales debería reforzar su posición competitiva”, afirma Rohr.

El impacto de los aranceles

Los aranceles son una preocupación cada vez mayor para cualquier empresa ligada a productos manufacturados. Sin embargo, “no estamos importando vehículos”, señaló el CEO de AutoZone, Philip Daniele, en la conferencia de resultados de la empresa.

El ticket promedio por cliente en AutoZone es de 30 dólares. Así que un aumento del 10% en los aranceles, si se trasladara por completo a los precios minoristas, implicaría solo un alza de 3 dólares, explicó. “No es como un automóvil de 60.000 o 70.000 dólares”.

Mientras tanto, la empresa planea seguir aumentando su número de tiendas. Tiene previsto abrir 19 megacentros adicionales antes del 15 de agosto, y otros 91 están en desarrollo, según Daniele. Estos megacentros son más grandes que las tiendas estándar de la empresa. Además, AutoZone prevé abrir unas 100 tiendas en el extranjero durante el año fiscal que termina el 15 de agosto, lo que elevaría su proporción internacional por encima del actual 13%.

Un dato adicional: la decisión de AutoZone de no dividir sus acciones desde 1994, a pesar del alto precio de cotización, refleja una estrategia para mantener su valoración y atraer a inversores institucionales. Pero podría limitar el acceso de los inversores minoristas.

En cualquier caso, el panorama de la empresa luce favorable, aunque el impacto de los aranceles y la presión sobre los márgenes ameritan seguimiento.

“La reputación de AutoZone por su excelente servicio al cliente, su red de distribución y la naturaleza no discrecional de sus productos deberían permitirle ofrecer una sólida rentabilidad sobre el capital invertido en el futuro previsible”, concluye Rohr.