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No descargarías un coche

por
Henry Zheng
Equipo de Comunicación de Producto de Quantfury

Miles de millones de dólares en beneficios potenciales están en el aire cuando las empresas de automóviles se plantean implantar cuotas mensuales de suscripción para desbloquear servicios o funciones adicionales. La oportunidad para que los fabricantes de automóviles implanten las suscripciones surge, en parte, del hecho de que los coches actuales están equipados con tecnología informática avanzada y una mejor conectividad a Internet. Por otra parte, la ventaja de este modelo de pago por uso es directa: los fabricantes de automóviles ven el signo del dólar.

Algunos fabricantes de automóviles ya cuentan con un sistema de suscripción para funciones como las luces altas automáticas, la conducción sin manos en carretera y el arranque a distancia. Ford Motor Company (NYSE: F) y General Motors Co. (NYSE: GM) están entre estas empresas que planean generar 20.000 millones de dólares de ingresos anuales para 2030 a través de «servicios de software». Ambas empresas ofrecen planes de suscripción para sus sistemas de conducción manos libres en carretera. En 2020, Bayerische Motoren Werke AG (BATS Europe: BMW) lanzó la idea de asientos y volantes calefactados de pago. 

En 2019, BMW abandonó su plan de cobrar a los conductores una cuota de suscripción anual de 80 dólares para desbloquear los servicios CarPlay de Apple (NASDAQ: AAPL) después de recibir una reacción generalizada. Que te cobren una cuota mientras conduces vehículos de lujo, cuya compra cuesta una pequeña fortuna en primer lugar, simplemente no se siente bien. ¿Te imaginas pagar 250.000 dólares por un coche y que luego te obliguen a pagar 5 dólares al mes para poder usar los cinturones de seguridad? 

Para los compradores de coches, pagar una cuota de suscripción envía el mensaje de que se ven obligados a comprar el coche dos veces: una para ciertas funciones y otra a lo largo del tiempo para utilizarlas. Si los fabricantes de coches quieren cobrar más por ciertas funciones, tal vez lo incluyan en el precio inicial, pero no deberían cobrar a través de una suscripción mensual por funciones por las que ya has pagado un extra. 

En mi opinión, la única forma posible de justificar esto para los consumidores es introducir nuevos servicios innovadores, no para características con las que los consumidores están bien familiarizados. Y, si un sistema de suscripción estuviera en marcha para algo como los asientos calefactados, entonces el fabricante debería cubrir el coste de las reparaciones, ya que la suscripción sugiere que el propietario del coche no es dueño de la calefacción de los asientos.

También es una tendencia general negativa para los consumidores, puesto que las empresas de otros sectores empiezan a adoptar la práctica de tomar características inclusivas y convertirlas en suscripciones mensuales, maximizando codiciosamente los beneficios a costa del consumidor. Debe alcanzarse un delicado equilibrio que proteja al consumidor y permita a las empresas obtener beneficios. De lo contrario, podríamos acabar con un futuro en el que se añada otro recargo a la factura mensual cada vez que se pise el freno.

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