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🖥️Tecnología

Las disonancias de la Web 3.0

por
Miguel F colaborador

Recuerdo cómo la Web empezaba a transformarse a finales de los 90 y principios de los 2000. Las conexiones pasaban del Dial Up al ADSL, que proporcionaba mayor velocidad y la posibilidad de estar conectado las 24 horas del día a un coste fijo. Esta evolución sumada a los avances en el desarrollo web hizo que los sitios comenzaran a ser más visuales, dejando atrás la estética del texto puro.

No tardaron en surgir numerosas empresas para intentar ordenar este ‘caos digital’. Era la época de las ‘punto com’. De ahí surgieron nombres como Yahoo o Google (NASDAQ: GOOGL), que se encargaron de hacer la web más ‘sencilla’, menos técnica, y, por tanto al alcance del usuario con pocos conocimientos. Luego llegaron los servicios ‘gratuitos’: buzones de correo, foros de discusión, etc., y finalmente, las primeras redes sociales. Fue una época fascinante. Empezamos a tener una vida digital. Tuvieron que pasar unos años antes de que comprendiéramos que, aunque no pagáramos esos servicios con dinero, jugábamos con dos monedas preciosas: la privacidad y la libertad.

Aquellos sueños de ‘información libre’ se desvanecieron. El excesivo control y la sobrecarga del desorden digital empujaron a los amantes de la tecnología hacia nichos más técnicos. Era como si anheláramos reiniciar la Web y devolverla a su estado anterior, y de ese sentimiento surgió la palabra clave ‘Descentralización.’ Es un término complicado y que incomoda a muchos.

En el mundo de las criptomonedas, hay desarrollos interesantes como Filecoin (FIL) con su red de almacenamiento descentralizado o plataformas de aplicaciones descentralizadas como Ethereum (ETH), EOS, Solana (SOL) y Avalanche (AVAX). Y aquí es donde nos encontramos con una de las disonancias de la Web 3.0: tener que hacer llegar estos nuevos productos y funcionalidades al ciudadano de a pie. 

Entonces nos encontramos de nuevo con la paradoja de que las empresas intervienen para hacer la nueva Web 3.0 ‘más accesible.’ Y volvemos a la casilla de salida. Quizá la Web 3.0 no haya respondido a la pregunta más básica: ¿a qué perfil de usuario se orientará?

Mientras tanto, Elon Musk discute a través de memes con Jack Dorsey en Twitter (NYSE: TWTR), mostrando sus puntos de vista opuestos sobre el tema. Pero el verdadero debate de fondo es cómo hacer que la info Web 3.0 sea algo más que una simple actualización de la Web 2.0.

Puede que dentro de un par de años estemos navegando por una Web totalmente descentralizada y libre, o no. Lo que es seguro es que la semilla ha sido plantada, y todo dependerá de quienes la rieguen.

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