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Una situación complicada en el Barcelona

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Que nadie les diga que el fútbol no importa.

Anoche, en España, una cadena de televisión interrumpió su programación habitual para mostrar una sala oscura con un reloj con cuenta atrás que avanzaba hacia la medianoche.

Un hombre de aspecto sombrío estaba sentado en silencio en una silla en el centro del estudio. Una música ominosa sonaba a medida que se acercaba la medianoche.

La intensidad de la música aumentó.

¡3…2…1!

Se detuvo y apareció en la pantalla una imagen de Lionel Messi con la camiseta del Barcelona. Las rayas granates y azules del Barça se desvanecieron lentamente hacia el negro. El escudo del club cambió por un signo de interrogación.

Así es, el futbolista más famoso del mundo, el hijo predilecto del Barcelona, estaba sin contrato (ahora disponible para ser transferido al mejor postor por primera vez desde que era un niño en Argentina).

Todo fue un poco exagerado. Y, si creen que exagero, vean el vídeo. Es una auténtica locura.

Pero, así de importante es Messi para los barcelonistas. La cuestión es si pueden poner una cifra económica a ese valor emocional que sea satisfactoria para la estrella y asequible para el club.

Este contrato será observado por todos en el mundo del fútbol, ya que marcará la pauta de las finanzas del fútbol al salir de la pandemia.

Antes de marzo de 2020, parecía que no había límite en lo que los clubes más grandes del mundo pagarían para adquirir jugadores o pagarles un salario. Sin embargo, la pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de las finanzas y ha endeudado a muchos clubes, incluido el Barcelona. De hecho, se cree que el Barça tiene un agujero de 580 millones de dólares.

El contrato de 149 millones de dólares anuales que pagaba a su jugador estrella (según informó el periódico francés L’Equipe a principios de este año) era una parte importante de ello. Esa cifra es más del doble del mayor acuerdo de patrocinio que recibe el Barcelona, el de su camiseta, Rakuten, que paga 65,5 millones de dólares al año.

Mucho dinero. Y un dilema, porque sin Messi ese acuerdo con Rakuten, que expira a finales de 2022, no valdrá ni de lejos el dinero que paga actualmente. Sin embargo, los pagos de la deuda del Barça van a seguir siendo los mismos. Por lo tanto, tiene que resolver este asunto.

A los 34 años, Messi se acerca al final. Pero no está acabado y su atractivo comercial sigue siendo tan alto como el de cualquier deportista del mundo. Él lo sabe y sabe que clubes como el PSG o el Manchester City están al acecho y tienen el respaldo financiero para darle algo cercano a lo que busca.

Se sigue pensando que se quedará en Barcelona, pero la mayoría daba por hecho que ya estaba todo listo para su renovación. De ahí el drama de anoche en la televisión española.

En cualquier caso, lo que ocurra a continuación probablemente marcará las finanzas del fútbol en un futuro próximo.

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