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Tomates, arte y cultura

por
Miguel F Colaborador

Según cuenta la historia, el tomate se domesticó en México gracias a los Aztecas, y otras civilizaciones hicieron lo mismo en algunos países de América Central. La conquista de América llevaría a que los europeos trasladen a su continente numerosas especies desconocidas para ellos, entre ellas, el tomate. Al día de hoy es un alimento que conforma una parte importante de nuestra dieta, ya sea en ensaladas, sopas, salsas y condimentos como el exquisito ketchup. Por mi parte, como amante de la comida mediterránea, no podría concebir una vida sin tomates.

Pero dejando de lado el plano alimenticio, casi sin que nos demos cuenta, el tomate formó una estrecha relación con el arte y la cultura. Tuvo papeles protagónicos en el cine, la música y las artes plásticas. Es también responsable de mi felicidad cada vez que concurro a un nuevo pub y descubro que en la carta de Cocktails se encuentra disponible el Bloody Mary. En ocasiones ese simple ítem en el menú marca la diferencia a la hora de convertirme o no en cliente frecuente del lugar.

En la cultura popular existe la idea de que en la antigüedad el público arrojaba tomates a los artistas cuando estaba disconforme con la calidad de la obra. Si bien no era de lo más común, no hay dudas de que el tomate fue utilizado como proyectil ante algunos conflictos. Por ejemplo, en la ciudad de Valencia, España, durante un tradicional desfile de “Gigantes y Cabezudos” un descontento entre los participantes y el público derivó en una catarata voladora de tomates y verduras, que fue repetida de forma intencional al año siguiente. El suceso fue repetido año tras año a modo de diversión, generando el nacimiento de “La Tomatina”, una mítica celebración en donde miles de participantes se arrojan toneladas de tomates durante horas.

Pero la relación entre tomates y arte y cultura no siempre fue a los golpes. En 1962 el artista norteamericano Andy Warhol daba a conocer su mítica obra de arte “32 latas de sopa Campbell”, retratando en lienzo los 32 sabores de Campbell Soup (NYSE: CPB) y convirtiendo en ícono Pop a la lata de sopa de tomate, ya que Warhol aseguraba que era su favorita y había consumido una por día durante los últimos 20 años. ¿Crítica al capitalismo?, ¿Banalización del arte?. Al día de hoy continúan los diferentes puntos de vista sobre la interpretación de la obra, pero Andy Warhol fue simple y directo, asegurando que su modo de crear arte era reflejar aquello que le gustaba y lo identificaba, y la sopa Campbell Soup de tomate (NYSE: CPB) lo había acompañado en sus largas jornadas en el taller de arte, cuando ni siquiera había tiempo de hacer una pausa para almorzar.

Las décadas transcurrieron y la obra de Warhol se convertiría en un ícono, reproducida en posters, camisetas, cubremesas y un sinfín de aplicaciones, pero las problemáticas ambientales de la actualidad harían que la relación tomate y arte vuelva a estar vinculada a las protestas y la disconformidad. Recientemente, grupos de activistas ambientales llevaron a cabo una serie de irrupciones en museos y galerías de arte, arrojando latas de sopa de tomate. Su objetivo parece ser visibilizar la problemática del cambio climático que sacude al mundo, generando un episodio de tales magnitudes que se viralice en instantes.

La relación sociocultural entre humanos y tomates, dista mucho de llegar a su fin. Actualmente, se cosechan en el mundo más de 180 millones de toneladas. Gracias a empresas como Fresh Del Monte Produce (NYSE: FDP), es posible disfrutar del sabor más natural de los tomates, ya que en algunas de sus granjas agrícolas distribuidas a lo largo del mundo utilizan la técnica de la hidroponía. Mediante este método se ahorra hasta un 50% de agua a la vez que se reduce notablemente el espacio utilizado y se mantiene a las plagas alejadas al no utilizar tierra convencional, sino un sustrato biodegradable y ecológico que da como resultado un producto sabroso y de color vivo.

Por otro lado, la empresa Heinz (NASDAQ: KHC) demostró mediante un experimento en el año 2021 que es posible cosechar tomates en Marte, y creó un ketchup “Marciano”, utilizando tomates que fueron sembrados en ambientes que reproducen fielmente las cualidades del planeta rojo. Demostrando que si algún día la humanidad logra establecer colonias en Marte, los tomates nos acompañarán en nuestra aventura. ¿Y quién dice que las futuras generaciones no puedan disfrutar de sus virtudes a millones de kilómetros del planeta Tierra?

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