El lado cálido del invierno

Entre las actividades invernales que a mucha gente le gusta practicar figuran el esquí y el snowboard. Por desgracia, el futuro de estos deportes es dudoso debido a los efectos del cambio climático. Pero antes, me gustaría hablar de mi propia experiencia aprendiendo a esquiar y de mi curiosidad por saber cómo puede afectar el clima más cálido al sector de los deportes de invierno. Me pregunto cómo será el futuro de los deportes de invierno para las generaciones venideras a medida que el mundo se adapte a la realidad de que la nieve natural es cada vez menos frecuente.

La primera vez que vi nieve fue hace una década, cuando subí a uno de los picos del Nevado del Cocuy. En los países cercanos al ecuador, donde nací y crecí, es la única opción que se tiene para experimentar la nieve sin viajar al hemisferio norte o sur durante el invierno. Es como si los aficionados a los deportes de invierno que viven en lugares sin estaciones fueran de vacaciones a las estaciones de esquí del hemisferio norte.

Es invierno en el hemisferio norte, y muchos de nosotros, entre los que me incluyo, le damos la bienvenida. Para otros, es la época del año de emigrar al sur, como los pájaros. Los que deciden quedarse buscan formas de disfrutar de la estación. Hace un par de años, decidí aventurarme en los deportes de invierno y, sin duda, es el equilibrio perfecto para no perder el contacto con la naturaleza y poder disfrutar de la nieve.

Por eso decidí aprender a esquiar. Los paseos en telecabina para apreciar la montaña y luego deslizarse por ella son una experiencia única. Este año, me he dado cuenta de que algunas estaciones de esquí han tenido que cerrar temporalmente debido a las altas temperaturas registradas a principios de enero, muy por encima de la media histórica.

Está claro que sin frío no hay nieve, y sin nieve no hay deportes de invierno como el snowboard o el esquí. Sin entrar en el debate sobre las causas del cambio climático, si se debe al calentamiento global o simplemente a cambios naturales en la temperatura de la Tierra, el efecto colateral sobre las industrias que dependen del invierno es evidente.

Tal es el caso de Vail Resorts (NYSE: MTN), cuya propuesta de valor se centra en crear una experiencia vital para empleados y huéspedes. Está claro que para seguir cumpliendo su misión, probablemente tendrán que aumentar su inversión en infraestructuras y sistemas, como los que producen nieve artificial, para reducir el riesgo de tener que cerrar o de ofrecer malas experiencias. Personalmente, creo que más que el hecho de practicar un deporte, lo bonito es el ambiente que se vive en las estaciones.

Los inviernos más pueden afectar a destinos tan concurridos como Whistler Blackcomb, propiedad de Vail Resorts (NYSE: MTN) y situado en Columbia Británica, Canadá. Aunque tuve la oportunidad de visitar Whistler en verano, sigo soñando con el día en que pueda hacer la bajada de 11 kilómetros de Peak to Creek en Whistler. Esta última pista no sólo es la favorita de muchos, sino la más larga de toda Norteamérica.

Es innegable que las empresas y actividades que dependen del invierno se verán afectadas por el cambio climático. Algunos ejemplos de industrias que pueden verse afectadas por la falta de nieve natural son las estaciones de esquí, los deportes de invierno, la ropa de invierno y las empresas farmacéuticas. Es posible que las generaciones futuras tengan que acostumbrarse a otro tipo de experiencia invernal, ya que potencialmente nos enfrentamos a un mundo en el que la nieve artificial es la norma. Sea cual sea el futuro, todos podemos apreciar la belleza y singularidad del invierno y poner de nuestra parte para conservar el medio ambiente y las bellezas naturales del mundo para disfrute de las generaciones presentes y futuras.