En búsqueda de atención

Desde los estudiantes de secundaria hasta los gigantes empresariales, la búsqueda de atención es una constante. Es cierto que un estudiante de secundaria puede buscar la atención para obtener algún tipo de validación social, pero cuando se trata de negocios, esto puede marcar la diferencia entre convertirse en un verdadero éxito y otra marca olvidada que se queda en el camino. Según Orlando Sentinel, la capacidad de atención media de los seres humanos ha caído de 12 segundos en el año 2000 a unos míseros 8 segundos en 2021. En cambio, un pez de colores tiene una capacidad de atención de 9 segundos, según la misma fuente. Así que, si la atención es un recurso tan importante, y cada vez es más difícil de obtener, ¿cómo se están adaptando las empresas y la sociedad para mantenerse en el foco del público?

En primer lugar, es fundamental mencionar que los canales de comunicación a los que prestamos atención son muy distintos a lo que eran antes. Para ser justos, los seres humanos son criaturas de costumbres. Así, lo que puede ser cierto para alguien nacido en la década de 1960, no es necesariamente cierto para un niño nacido en la década de 2000. Dicho esto, podemos ver una clara tendencia de hacia dónde se mueve nuestra atención. Para la Generación Z y los Millennials durante la pandemia, por ejemplo, el patrón es bastante claro. Los podcasts y el streaming de música están sustituyendo a la radio, la televisión online/streaming está sustituyendo a la televisión por cable, más videojuegos, más vídeos online y menos prensa física, según Frank W. Baker. 

En general, se puede decir que cada vez más personas dedican su tiempo a lo que ocurre en Internet a través de diversos canales de comunicación. Y esto ha supuesto un gran negocio para los que se han posicionado a favor de este gran cambio. En la industria de los videojuegos, el valor es asombroso. Se puede ver en el ejemplo reciente de la adquisición de Activision Blizzard (NASDAQ: ATVI) por parte de Microsoft (NASDAQ: ATVI) por la suma de 68.700 millones de dólares. Pero la cosa no se queda ahí. Por ejemplo, el servicio de streaming de música Spotify (NYSE: SPOT) tiene una capitalización de mercado de 41.730 millones al momento de escribir este artículo, con 172 millones de suscriptores prémium en todo el mundo en el segundo trimestre de 2021. Y, no se puede tener una conversación sobre la atención de los medios de comunicación en línea sin mencionar el gigantesco éxito de las plataformas de medios sociales como Twitter, Snapchat (NYSE: SNAP), Instagram (NASDAQ: META), TikTok y YouTube (NASDAQ: GOOGL), por supuesto. 

Aun así, esto no responde a la pregunta de cómo la gente en estas plataformas está consiguiendo la atención en primer lugar. Volviendo a mi ejemplo anterior de un estudiante de secundaria que busca atención, una de las formas en que pueden hacerlo es compartiendo algo profundamente personal en línea para que todo el mundo lo vea. Lo que están haciendo, cómo se sienten, algo impactante, algo impresionante, algo llamativo y materialista, algo oscuro, o algo explícito, todas estas son diferentes maneras de conseguir que la gente empiece a hablar de ti y de tu vida. Bien, tu respuesta a esto puede ser simplemente «esa persona probablemente solo está deseando llamar la atención y eso no paga las facturas de todos modos, así que qué sentido tiene».  

Para muchas personas, probablemente tengas razón, sin embargo, se puede argumentar que esto es todo lo que un influencer realmente hace. Comparten su vida, o al menos una parte de ella, en Internet para que todo el mundo la vea, y pueden recibir pago de varias marcas o empresas que ellos mismos ponen en marcha porque son ellos los que tienen la atención. Lo ideal es que tanto las personas como las empresas salgan ganando en esta nueva era digital. En el caso de las personas, pueden centrarse en lo que les interesa o en lo que les gusta hacer y compartirlo en línea para conseguir atención sin prácticamente ninguna barrera de entrada, mientras que las empresas pueden encontrar personas que están en su nicho y que tienen la atención de los grupos demográficos a los que buscan comercializar. 

Hay mucho más que decir sobre este tema, y probablemente se volverá a tratar en el futuro. Pero por ahora, para abreviar la historia: la atención se paga.