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Los gobiernos «adoptarán» la blockchain

por
Lev Mazur
Fundador de Quantfury

Muchas innovaciones, consideradas al principio como grandiosas, resultan ser algo destructivas para la humanidad, en cuanto a sus resultados, una vez que el gobierno las controla. He estado pensando que la blockchain y el mundo criptográfico no escaparán del mismo destino si un gobierno los adopta como parte de su sistema monetario.

Para cualquier gobierno, la capacidad de imprimir dinero y cobrar a sus ciudadanos por diversos tipos de actividades económicas y sociales se considera esencial para la economía y la prosperidad de la sociedad de un país específico, así como para su supervivencia. En esencia, el gobierno elabora el presupuesto donde decide cuánto y dónde se gastará el dinero, cómo cubrir el déficit presupuestario, si lo hay (y como sabemos la mayoría de las veces, es probable que lo haya) imprimiendo dinero o tomándolo prestado. Los gobiernos tampoco están dirigidos por tecnócratas puros, sino por funcionarios públicos que fueron elegidos por la gente y tienen ciertas agendas económicas y sociales. Por lo tanto, el gasto público siempre es, por lo menos, sesgado.

En otras palabras, el gobierno siempre necesitará imprimir dinero y hacer el presupuesto para hacer cumplir su política con diversas recompensas monetarias para tener éxito. Si el gobierno no puede aumentar su presupuesto militar por cualquier motivo, su existencia puede verse amenazada. Ese es un ejemplo de por qué muchos gobiernos de un país específico no pueden permitirse perder el control de la impresión y el gasto de dinero. También hay muchos otros ejemplos para probar este punto. Por lo tanto, cualquier criptomoneda y tecnología de blockchain, si se adopta como parte del sistema monetario de un país específico, tendrá que basarse en el control exclusivo del gobierno de la emisión de la criptomoneda de esa blockchain y la capacidad de controlar el gasto de la misma. Esto, por supuesto, requeriría una blockchain centralizada y muy probablemente tipos únicos de contratos inteligentes que carecerán de transparencia, como mínimo.

A primera vista, eso por sí solo no pinta como una imagen muy optimista. Sin embargo, abre posibilidades de futuro muy interesantes a la mejora real de actividades económicas como el gasto, por ejemplo. Tomemos como ejemplo a Japón: la deflación colocó a una de las economías mundiales en auge más fuertes durante años, en el asiento trasero del crecimiento económico mundial. La única razón fue que la población japonesa ahorraba dinero en lugar de gastarlo. Ahora imaginemos que se entregaría un yen digital a la población japonesa a través de billeteras electrónicas donde esos fondos tienen reglas específicas sobre cuándo deben gastarse e incluso en qué tipo de productos se pueden gastar esos fondos digitales. Una vez que expire el plazo, los fondos se «quemarán». Este tipo de nuevo sistema monetario, en el que el gobierno puede acelerar la recuperación económica entregando fondos a quienes pueden gastarlos sin mediadores y con reglas específicas aplicadas, puede cambiar la velocidad del crecimiento y la eficiencia de cualquier economía muy rápidamente.

Todo lo que se necesita es tener una blockchain centralizada dando acceso a todos los participantes, un protocolo criptográfico y una falta total de transparencia, pero con muchos casos de uso. Suena como un ecosistema gubernamental típico, pero con un giro futurista.

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