Cuando el alumno supera al maestro

¿Cuántos de ustedes, cuando eran pequeños, pasaban horas con sus vehículos de juguete imaginando y soñando distintos tipos de situaciones?

Yo imaginaba que llevaba a mi familia de paseo, era una sensación magnífica, incluso, aunque parezca lo más normal del mundo, en mi mente iba de compras al supermercado y al salir, veía mi hermoso coche esperándome en el estacionamiento (que dibujaba en el piso de mi casa). Hoy, siendo un adulto, puedo revivir esos sueños tan solo haciendo unos pasos hacia el garaje para subir a mi auto y echarlo a andar. Disfruto cada situación en la que esté involucrado mi vehículo, y por esa misma razón quiero cuidarlo para que se vea siempre de la mejor manera.

Este grupo de personas como yo, que quieren ver su coche impecable, representa un nicho de mercado, para ciertas empresas, una gran oportunidad para aquellos que intentan ganarse la confianza de los propietarios más meticulosos. Pero la historia de hoy no comienza por tierra, sino por aire, durante la guerra de Vietnam, en donde surgió la necesidad de proteger las aspas de los helicópteros que sufrían un desgaste prematuro debido al polvo y la metralla en suspensión que había en el ambiente. La solución debía ser discreta y ligera. Una empresa llamada 3M creó un film transparente lo suficientemente flexible para absorber el impacto de las mismas y mantener el correcto funcionamiento del helicóptero.

Luego del éxito de este producto en los helicópteros, 3M notó que se podría colocar en automóviles particulares. Comenzaron a desarrollar una variación para proteger la parte delantera de los vehículos de los impactos de las «stone chips», gravilla o arena, que en los coches tiene un efecto similar al de las aspas, acaba saltando la pintura y con el tiempo obliga a repintar la pieza, perdiendo la autenticidad de la pintura de fábrica. Este, era uno de los reclamos más frecuentes de las aseguradoras de coches, por lo tanto, el producto apodado como «anti-chip» comenzó a ganar aceptación y fue una gran novedad de 3M.

Uno de los distribuidores de 3M, era XPEL (NASDAQ: XPEL), una empresa canadiense que contaba con un valor agregado muy importante, un software llamado «DAP», que cortaba el film con gran precisión para lograr una colocación más eficiente. Este film venía en rollos, y en un principio, el colocador debía cortarlo a mano según la morfología de cada vehículo, copiando la forma de los paneles, lo cual no era sencillo y los errores tenían un costo elevado debido al desperdicio de material. En cambio, el software, aprovechaba el material y acortaba el tiempo de colocación. A pesar de ofrecer algo único, XPEL (NASDAQ: XPEL generó pérdidas desde 2001 a 2008.

Después de un tiempo de desarrollo, crearon “XPEL Ultimate”, como el film que solucionaba las debilidades del producto de 3M. Este nuevo film, no se ponía amarillo con el tiempo y se regeneraba, eliminando las rayas que se producían sobre él. Así, pasaron de ser distribuidores, a ser fabricantes. Con un producto superior al de 3M, el alumno superó al maestro. XPEL (NASDAQ: XPEL) comenzó a liderar el mercado. En 2016, la empresa 3M demandó a XPEL acusándola de copiar la fórmula. Sin embargo, no hubo pruebas suficientes que indiquen el plagio, ya que, si bien tenían el mismo objetivo, el producto se componía de manera diferente y la demanda fue desestimada.

La aplicación del producto es fundamental. Si el film y el software son geniales, pero si el colocador no hace su trabajo correctamente, el esfuerzo de XPEL no serviría de nada. Algunos sostienen que es más importante la aplicación, que el producto en sí mismo. De hecho, un trabajo de este tipo para toda la carrocería, puede costar de $4000 a $5000 USD, pero solo cerca del 10% corresponde al costo del film. Es por esto que XPEL (NASDAQ: XPEL) ofrece capacitaciones y premia a los mejores aplicadores, el modelo de negocio de la compañía es muy completo, no solo venden el film, sino la capacitación para aplicarlo y los productos complementarios “de mantenimiento” para mejorar la vida útil del mismo. Así, lograron un crecimiento económico a base del crecimiento en su portafolio de productos.

El crecimiento de XPEL desde 2009 en adelante fue exponencial, sus acciones pasaron de valer centavos a situarse por encima de los USD$100 en 2021 y esto parece recién comenzar, ya que la empresa, a través de nuevas sociedades y acuerdos, está incursionando en otras industrias como la construcción y la arquitectura, ofreciendo protección para diferentes tipos de materiales. ¿Será este un nuevo comienzo que supondrá un crecimiento sostenido para XPEL (NASDAQ: XPEL)?