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El survivalismo ya no es un chiste

por
Miguel F colaborador

A lo largo de nuestra vida, solemos conocer todo tipo de personas. Están aquellos que nos alientan a que el futuro siempre será mejor y, por el contrario, otros que, con un dejo de paranoia en su expresión, nos invitan a prepararnos para lo peor. Y cuando decimos ‘prepararnos’ no lo decimos en un sentido metafórico o a la ligera, sino que más bien hablamos de incorporar una serie de habilidades que nos permitirán subsistir ante una catástrofe. Estamos hablando de los preparacionistas o survivalistas, un movimiento mundial de personas que intentan estar organizados de antemano para sobrellevar cualquier dificultad que pueda surgir en nuestro mundo. Desde guerras nucleares y virus mortales hasta invasiones alienígenas o catástrofes naturales. Podemos encontrar en sitios como eBay (NASDAQ: EBAY) o Alibaba (NYSE: BABA), numerosos kits de suministros y libros escritos de puño y letra por survivalistas que nos brindan consejos ante cada tipo de catástrofes.

Durante décadas fueron tomados a la ligera o incluso ridiculizados, pero el paso del tiempo y la situación actual del mundo logró que les prestamos más atención y escuchar aquello que tenían para decir. Sucesos como la prueba de misiles balísticos de Corea del Norte, el Covid-19 y la actual guerra entre Rusia y Ucrania, nos mostraron una triste realidad, y es que en ocasiones aquellos organismos que son los encargados de ‘cuidarnos’, no saben realmente cómo reaccionar ante una crisis repentina, y por ende, no pueden transmitir un mensaje claro a todos aquellos que confiamos de buena voluntad nuestra seguridad a ellos.

Así fue que cuando los hechos mencionados causaron pánico, temor e incertidumbre en la población mundial, ya no vimos paranoia al mirar el rostro de los survivalistas, sino más bien una expresión relajada de ‘te lo dije’. Ellos ya estaban preparados contra el desabastecimiento de alimentos y productos básicos e incluso muchos de ellos tenían un refugio en el cual poder sobrellevar una cuarentena durante meses sin pasar necesidades.

Con el precio del petróleo (NYMEX: QMK22) y algunos alimentos disparándose a niveles récord y la creciente demanda de construcción de búnkers en hogares comunes europeos, nadie puede atreverse a decirles que estaban equivocados. Y es que hasta hace unos años la construcción de un búnker era un tema propio de las clases de mayor poder adquisitivo. Hoy en día la creciente demanda logró que las empresas constructoras agreguen opciones más ‘económicas’ y construidas en solo algunas semanas.

Lo cierto es que, sin darnos cuenta, habíamos logrado vivir algunas décadas de cierta estabilidad. Quizás los avances exponenciales en cuestiones tecnológicas, económicas y socioculturales, lograron hacernos vivir aceleradamente y que no nos detuviéramos a pensar que desde hace unos cuantos años no teníamos grandes guerras, crisis económicas como la de 1929, surgimiento de nuevas enfermedades a nivel mundial y el comercio de materias primas y manufacturas se había organizado de tal forma que cumplía las demandas mundiales en tiempo y forma. Quizás todos esos años de ‘orden y calma’ ahora vienen a pasarnos factura y a recordarnos el rol de sobrevivientes y no de dueños, que tenemos en el mundo.

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