¡Viva El Salvador, pioneros de cripto!

Cuando pienso en Centroamérica me vienen a la mente muchas cosas.
Hermosas playas y bosques majestuosos. Aficionados apasionados al fútbol y países como Costa Rica y Honduras que no se conforman con las competiciones internacionales. Y, gente amable que me da la bienvenida a su país, cada de vez que he podido visitarlo.

Por desgracia, hay una realidad económica que opaca esos pensamientos.
Muchas de esas playas solo son accesibles para los turistas occidentales, y los lugareños solo son visibles como personal de los complejos turísticos. En muchos casos, la pasión por el fútbol se debe a la cultura de los «ultras», alimentada por la falta de oportunidades para los hombres, en su mayoría jóvenes, que se sienten atraídos por ella. Además, la desesperación en ciertas partes del país hace que algunas personas sean menos amables.

Es una parte del mundo hermosa y capaz, pero por una multitud de razones no ha tenido las mismas oportunidades que el Occidente desarrollado. Eso, a su vez, ha provocado que una gran cantidad de centroamericanos abandonen la región y emigren al norte.

Estados Unidos es el principal destino, pero hay comunidades de exiliados en cualquier país occidental. Esto conlleva sus propios retos, desde sentirse desconectados de su cultura hasta enfrentarse a prejuicios en sus nuevos hogares.

Cuando se habla de Centroamérica se relaciona en gran medida con esa diáspora, más que con los propios países. Sus esfuerzos por mejorar su situación y tomar las riendas de su destino se pierden en gran medida.

Así que es importante destacar los avances positivos cuando los vemos.
Y, un desarrollo positivo lo vimos ayer en el Bitcoin 2021 en Miami, que fue la mayor conferencia de Bitcoin celebrada hasta la fecha.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, habló en la conferencia. Allí hizo un anuncio bastante significativo en el espacio de las criptomonedas. Dijo a los asistentes que El Salvador está buscando convertirse en el primer país del mundo en adoptar formalmente el Bitcoin como moneda de curso legal.

No aceptó «a regañadientes que los salvadoreños operen con criptomonedas», ni se limitó a hacer la vista gorda a que los bancos de la nación se ocupen de ello, sino que abrazó plenamente la moneda.
En un Tweet después del evento, escribió: #Bitcoin tiene una capitalización de mercado de 680 mil millones de dólares. Si el 1% de ella se invierte en El Salvador, eso aumentaría nuestro PIB en un 25%. Por otro lado, #Bitcoin tendrá 10 millones de nuevos usuarios potenciales y es la forma de transferir 6 mil millones de dólares al año en remesas que más crece.

Esto es algo increíble, de verdad. Sí, El Salvador es un país pequeño – solo 6,4 millones de personas – pero que el presidente de cualquier nación hable en una conferencia de Bitcoin es significativo. Que digan esto es alucinante.

Y, refrescante. En lugar de asustarse por este espacio emergente, El Salvador parece dispuesto a acogerlo.

Sería poco sincero no señalar que El Salvador no tiene su propia moneda, utilizando oficialmente el dólar estadounidense, pero, para mí, eso subraya la necesidad de pensar con valentía en este aspecto. Sí, es más fácil adoptar una moneda descentralizada cuando ya se depende de las políticas financieras de otra nación, pero eso no significa que no debamos aplaudir el pensamiento avanzado en este caso.

Mientras vemos a países como la India y Nigeria luchar contra lo inevitable en lo que respecta al uso de las criptomonedas por parte de su población, aplaudamos los esfuerzos de un líder que parece entenderlo.

Las criptomonedas no son algo a lo que deba temerse. Más bien son una herramienta que puede ayudar a lugares como El Salvador a alcanzar su pleno potencial.