Por favor deja de hablar, Elon

Al menos no estaba tuiteando sobre criptodivisas.

No, pero probablemente deberíamos quitarle la cuenta de Twitter a Elon Musk durante un tiempo. No porque esté diciendo algo que sea particularmente problemático. No, deberíamos dar a Musk un tiempo por fuera de Twitter por su propio bien. Tiende a parecer un poco desquiciado cada vez que tuitea sobre algo.

No estoy seguro de que tengamos que escuchar cada pensamiento que le pasa por la cabeza a todo el mundo, incluso si es alguien ridículamente rico, como es el caso de Musk.

De hecho, reduce la confianza en una figura pública cuando no se calla. Hace que uno se pregunte cuán inteligente hay que ser para hacerse rico.

De todos modos, por si tienes curiosidad, lo que dijo en Twitter fue noticia ayer: Musk estaba frustrado porque el último lanzamiento de SpaceX se retrasó por la decisión de una agencia reguladora.

La Administración Federal de Aviación detuvo el lanzamiento del Falcon 9 (aparte: ¿podría el nombre de este cohete ser más cliché? suena como si un niño de 6 años lo hubiera nombrado después de leer cómics todo el día) apenas unos minutos antes del lanzamiento programado porque un helicóptero estaba en la «zona de lanzamiento.»

Eso hizo que Musk despotricara en Twitter: «Un avión entró en la ‘zona de exclusión’, que es irracionalmente gigantesca…. Simplemente no hay manera de que la humanidad pueda convertirse en una civilización espacial sin una gran reforma regulatoria. El sistema regulador actual está roto».

Comprendo las frustraciones que pueden surgir de un burócrata demasiado entusiasta que siempre trata de arruinar la fiesta. Nadie crece soñando con ser el tipo que tiene que hacer cumplir las normas. Sin embargo, impedir que un cohete se lance contra el costado de un helicóptero parece una restricción razonable para una empresa privada que intenta enviar gente a Marte.

Y, aunque no lo fuera, avergonzar a la Administración Federal de Aviación en Twitter no parece la forma más eficaz de conseguirlo. Tal vez sería mejor un poco de diplomacia en lugar de un comentario sarcástico.

Sin embargo, como he dicho antes, al menos esta diatriba en Twitter no está haciendo que la gente (la gente normal como tú y yo) pierda dinero como con sus comentarios sobre las criptomonedas. Su afición a que aparentemente no le importe es la razón por la que es difícil sentir demasiada lástima por él ahora.

Musk trata su cuenta de Twitter como si fuera un rey dando órdenes a sus súbditos. Dice lo que quiere sin tener en cuenta el impacto.

Hay un viejo adagio que dice que «las acciones hablan más que las palabras». Puede que haya habido una época en la vida de Musk en la que vivía según esta premisa, pero parece que quizás lo ha olvidado. Tal vez es hora de que Musk nos muestre, en lugar de decirnos cómo lanzar cosas al espacio, o cómo invertir en el mundo de las criptomonedas.